Aguapanela

La aguapanela esta íntimamente ligada con la infancia de la generación a la cual pertenezco. De niño jamas vi un refresco o gaseosa, pues en mi casa mi mama mantenía una olla grande en la nevera llena de aguapanela con limón. Cada que nos daba sed corríamos a la cocina y nos tomábamos un refrescante vaso de aguapanela!
La panela (piloncillo) es un producto muy común en los países latinoamericanos y su fabricación es muy interesante.
Las panelas eran unos duros bloques redondos o cuadrados que se rompían con una piedra especialmente conseguida en el rio para esto. Al romperla, se producían muchos trozos de panela y luego en una olla llena de agua se colocaban al ojo por ciento varios trozos de panela a hervir hasta que se disolvían. Luego se dejaban enfriar y a la nevera si la había o a un lugar fresco lejos del fogón en la cocina!
Bellos tiempos! Pero la industria de la panela ha crecido y se ha modernizado. Ahora la hacen pulverizada e instantánea!. Desaparecio la piedra y el reloj despertador orgánico: mi mama machacando la panela para preparar la ollada diaria de aguapanela!
Traje de Colombia un paquete de Doña Panela pulverizada y me puse en la tarea de evaluar su poder endulzante.

Prepare múltiples soluciones de agua panela con agua Crystal utilizando una balanza analítica de cuatro cifras decimales, una pipeta aforada de 25 ml y un refractometro Atago. Luego medí las diferentes soluciones obteniendo los siguientes resultados:
Vemos que hay una relación lineal muy perfecta obteniendo la siguiente formula:
A continuación cate todas las soluciones para determinar según mi gusto (no soy amante de lo dulce) el grado de dulzura presente con estos resultados:
Bueno, mi mente se ha llenado de recuerdos de aquella bella época sin internet y sin redes sociales. Todas las medicinas se tomaban con aguapanela. A la aguapanela con leche le decían chaqueta!
Ah, recuerdo cuando estaba en primero de primaria que mi tía Luzma me peinaba con aguapanela, me daba un centavo y me mandaba al cine a ver las películas de Tarzan en blanco y negro en el teatro de Montenegro. El pelo quedaba tan rígido que ni el mas grande ventarrón lo movía!
Ah, me puse melancólico, que vaina, voy a prepararme una aguapanela a ver si se me quita!



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